top of page
Buscar

Som de l'Oest.

Actualizado: 24 mar

Debo reconocer, que durante muchos años me ha costado volver a casa. A mi pueblo. Me fui a la gran ciudad a los dieciocho. Una ciudad que me acogió tres años, que fueron el catalizador de lo que vendría más adelante.

Crecí en ese pueblo, y aunque fue (y sigue siendo mi casa), me fui sabiendo que lo que estaba haciendo era huir. Monstruos acechaban mi mente sin descanso. Y me fui como la gacela que huye desesperada del león. En ese momento no era consciente de que, lo que estaba haciendo, era luchar por mi vida.



Cuando me separé del papá de mi hijo, fue una temporada realmente difícil. Intentaba sostener mi vida, lejos de casa, que se estaba desmoronando a trozos. Como las rocas que se deslizan ferozmente por las montañas, esperando su destino, que no es otro que colisionar contra el suelo. Rompiéndose en pedazos tras el impacto.


Sólo podía sentir como la tensión se acumulaba en mi mandíbula y estrangulaba mi cuello, dejándome afónica muchas veces. Así que decidí coger a mi hijo, e irnos al pueblo. Mi intención era enseñarle dónde había crecido mamá.





Nos subimos en el techo del coche, en mi lugar favorito desde donde podías vislumbrar los Pirineos, y en invierno sus cimas nevadas. Recuerdo la mirada desconcertada de mi hijo con una sonrisa escondida en su comisura. Y gritando y riendo nos dejamos llevar por el viento.

Paseamos por las calles, mostrándole la escuela, las casas donde vivimos, las piscinas, visitamos las vacas (hasta la fecha no había visto ninguna) y ahora solo me pide ir a verlas cada vez que vamos. Bajamos al río, y se respiraba un maravilloso silencio, nos bañamos desnudos y disfrutamos de ese momento que guardo en mi memoria. Caminamos por troncos caídos, nos tumbamos en ellos contemplando las hojas de los árboles moverse y el cielo azul un poco más arriba.





Al rato me preguntó, "Mami, ¿qué es ese ruido?" Intenté prestar atención pero no escuchaba nada. "¿Qué ruido cariño?" Y entonces me percaté de lo que se refería. Eran pájaros. "Son pájaros amor". "¿Y cómo es que aquí los pájaros no están en granjas?"

Reconozco que no esperaba esa pregunta, aunque donde vivimos poco se puede apagar el ruido.


"Porqué los pájaros son libres amor" "Pero yo los he visto en granjas".

"Se llaman jaulas, pero ese no es su sitio. Su sitio es este".




Decidí poner más foco y a (re) conectar con la naturaleza desde ese día.

Commentaires


bottom of page